jueves, 10 de septiembre de 2009

¿Qué enfermedades o defectos puede tener?


Miopía
La miopía generalmente congénita, es la dificultad para ver de lejos, generalmente se debe a un diámetro antero posterior del ojo mayor de lo normal a una convergencia excesiva del cristalino o a una refracción demasiado fuerte de la córnea. En todos los casos, las imágenes se proyectan por encima de la retina y se transmiten de forma borrosa. Miopía es la condición del ojo estático (sin acción de la acomodación) en donde los rayos provenientes del infinito o infinito óptico convergen antes de llegar a la retina. La miopía puede ser debida a un aumento en el diámetro antero-posterior del globo ocular (es la causa más frecuente), a un aumento de la capacidad de refracción de alguna de las capas del ojo: la córnea, el cristalino o el humor acuoso, o también puede estar originada por un aumento en la curvatura de la córnea o del cristalino.

Hipermetropía
La Hipermetropía generalmente congénita, se debe a un diámetro antero posterior del ojo menor de lo normal, por lo que las imágenes se proyectan por detrás de la retina. No esta relacionada con la lejanía o cercanía del objeto observado. Los niños hipermétropes intentan ver mejor entornando los ojos con lo que sobrecargan los músculos que controlan la forma del cristalino. Por eso suelen tener la vista cansada, dolores de cabeza y dificultades para concentrarse.

Presbicia (Vista cansada)
La presbicia comienza alrededor de los 40 años y alcanza su máxima evolución después de los 60 años. Consiste en la pérdida progresiva y gradual de la elasticidad del cristalino, y se manifiesta cuando nos resulta más difícil enfocar o ver con claridad los objetos cercanos, por ejemplo, para poder leer el periódico se hace necesario retirarlo un poco más. Para garantizar una buena visión, el cristalino debe contraerse para enfocar, cuando ya no puede hacerlo, la visión cercana se hace borrosa, sin embargo la visión de lejos sigue siendo buena. La presbicia evoluciona limitando en primera instancia la visión cercana, luego también la visión intermedia (por ejemplo al ver la pantalla de un monitor) y finalmente la visión lejana, aunque siempre cada una en menor grado que su anterior.

La misma puede compensarse o corregirse con el uso de lentes oftálmicos, que realizan el trabajo de convergencia de las imágenes tal como lo hacían antes los ojos. Existen además, soluciones o lentes que permiten en uno mismo ver de manera correcta los objetos cercanos así como los situados a una distancia intermedia, por ejemplo para ver bien un monitor de PC y un texto que está más próximo.

Daltonismo
El daltonismo consiste en una dificultad para distinguir el rojo y el verde aunque hay casos en que también es difícil diferenciar los demás colores. El daltonismo, mucho más corriente en el hombre que en la mujer puede ser hereditario. No suele causar otros trastornos, aunque puede constituir un problema en algunas profesiones que exigen una correcta visión de los colores.

Traumatismos
Cualquier herida o contusión del ojo puede alterar la visión o causar una ceguera. En principio el ojo está bien protegido dentro de la órbita ósea pero un golpe directo, un proyectil, los trozos del parabrisas o un producto irritante puede afectarlo.

Oftalmía
El ojo es muy sensible a los rayos ultravioletas bien sea de origen natural (reflejo del sol en la nieve, la arena o el agua) o artificial (soldaduras eléctricas, aparatos de esterilización, rayos uva). Una exposición excesiva produce una inflamación muy dolorosa conocida con el nombre de Oftalmia. La única prevención consiste en llevar gafas de sol tratadas con un filtro capaz de detener los rayos ultravioletas y no unos simples cristales oscuros.

Catarata
La catarata corresponde a una opacificación del cristalino y es un hecho bastante frecuente en las personas mayores. Dado que el cristalino se vuelve opaco progresivamente se pierde visión. Muchas veces se desconoce las causas de la enfermedad pero puede aparecer en casos de diabetes o tras una infección, aunque mayormente aparece en un 75 % a las personas mayores de 70 años y puede afectar tanto a un ojo como a otro, de manera igual o diferente cada uno de ellos.

Entre los síntomas se encuentran:
  • Manchas en la visión
  • Puntos negros
  • Deslumbramiento
  • Molestias por el sol
  • Pérdida de color
  • Falta de visibilidad.

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